Estas relaciones sentimentales causan sufrimiento, dependencia e incluso malestar físico y emocional. Las personas con este tipo de relaciones terminan con baja autoestima y problemas de identidad.
La psicóloga y sexóloga Andrea Gómez, comenta “este tipo de relaciones se denominan vínculos tóxicos o adictivos porque pueden compararse con la relación que una persona establece con una sustancia tóxica y adictiva, con una droga. Pero esa sustancia destruye a la persona, la daña, la lastima, la intoxica, la empobrece”.
Una de las principales características de las relaciones tóxicas que suelen pasar del bienestar al malestar en muy pocos segundos, porque en todos los casos uno de los componentes del vínculo construye efectos amenazantes llevando al otro a un estado de alerta donde el desenlace siempre es impredecible.
Estas relaciones sentimentales no favorecen el crecimiento personal, por el contrario lo retardan o, incluso, lo anulan. La toxicidad de una pareja adquiere formas muy diversas que pueden ir desde la pelea constante a la indiferencia absoluta, pasando por el clima de agobio permanente, el encubrimiento y la manipulación.
fuente: centro arete.
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